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Enel Perú: “El plan de inversión en renovables abarca a todo el país”

Marco Fragale, country manager de Enel Perú, da detalles de Clemesí y Wayra II, los proyectos de energía renovable que su empresa prevé poner en marcha en 2023. Además, explica cómo están trabajando en digitalización de sus negocios de distribución y generación.

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CEO de Enel Perú: ' el plan de inversión en renovables abarca todo el país'
Marco Fragale, country manager de Enel Perú. Foto: Karen Candiotti/Forbes Staff

La corporación italiana de energía Enel ha visto en el Perú una plaza más que atractiva para desarrollar proyectos de generación de energía solar y eólica.

La empresa ya ha empezado a desarrollar el 8% de la capacidad de su cartera de proyectos de energía renovable. De hecho, el pipeline completo (es decir, el 100% de sus proyectos) que la compañía italiana desea ejecutar en el país produciría hasta 4 gigavatios (GW), lo que equivale a 4.000 megavatios (MW), precisa Marco Fragale, country manager de Enel Perú.

El 8% no incluye las dos plantas que la compañía ya construyó y están en funcionamiento: la de energía solar Rubí en Moquegua (de 179,50 MW) y la de energía eólica Wayra en Ica (de 132,30 MW). Pero sí contempla otras dos que actualmente edifica y que le implicaron una inversión de alrededor de US$250 millones: la solar Clemesí (122 MW) y la eólica Wayra II (177 MW).

Según Fragale, ambas plantas entrarán en funcionamiento en el segundo trimestre del 2023 y su capacidad ya está parcialmente vendida. “Solo falta [vender] una parte [de la capacidad de las plantas]”, acota el gerente.

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Razones del potencial

La apuesta por un pipeline renovable de Enel en Perú se explica no solo por la disponibilidad en abundancia de los recursos solar y eólico en su territorio, sino también porque –gracias al evolución y el abaratamiento de las tecnologías de generación de de energía renovable– la ejecución de los proyectos en el mercado es más rápida. La compañía italiana calcula que Clemesí y Wayra II demorarán entre 16 y 18 meses.

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A dicha agilidad, que Fragale compara con la construcción de centrales hidroeléctricas o térmicas, se suma el atractivo “verde” de los proyectos.

“Es interesante cómo las empresas se están volcando a pedir energía ‘verde’ para ser más sostenibles y disminuir su huella de carbono”, comenta el italiano oriundo de Calabria. El CEO explica que ese interés se refleja en el número de compañías que les compran energía renovable y han solicitado certificados por ello. En 2019, lo pidieron solo seis. En 2020 la cifra subió a 11. En en el 2021, fueron 36 las empresas locales que lo requirieron. “El pedido de energía renovable se incrementa cada año”, añade Fragale.

En ese sentido, el ejecutivo señala que, a la fecha, en su pipeline peruano cuentan con proyectos en diversas fases: estudio, búsqueda de contractos, construcción y desarrollo. “Es un pipeline que abarca todo el Perú, tanto el norte como el sur, [con] tecnología solar como eólica”, dice el ejecutivo.

Fragale apunta que cuentan con proyectos que podrían entrar en desarrollo hasta 2027. “Claramente, no todos los proyectos del pipeline se van a realizar al final, pero hay que proyectos que salen y [otros] que entran. Entonces, siempre hay un pipeline sólido, que nos dice que hay una oportunidad real de desarrollo fuertísimo de las [energías] renovables en el Perú”, afirma.

El country manager también explica que, actualmente, la demanda empresarial de renovables se apalanca en clientes nuevos, pero también en clientes ya existentes que ahora piden fuentes de energía más limpias.

Así como la demanda es un factor clave para el impulso del negocio de renovables en Perú, también lo es el marco regulatorio que las promueve.

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En ese sentido, según supo Forbes, el gobierno y los privados estos días discuten un marco regulatorio que, en lugar de promover la subasta de capacidad total (en Perú se han realizado cuatro subastas que subvencionan el desarrollo de proyectos a través de la factura de luz), incentive la subasta de energía renovable por parte de empresas distribuidoras en bloques horarios (considerando la inestabilidad de los sistemas renovables).

Digitalización en proceso

Enel Perú también tiene planes de inversión continúa en la digitalización de sus operaciones, comenta Fragale.

En efecto, la firma está trabajando en implementarla en su negocio de generación eléctrica y en el de distribución. ¿El objetivo? Garantizar el control remoto de las operaciones y, al mismo tiempo, lograr eficiencias y brindar un mejor servicio.

En generación, el CEO de Enel Perú indica que, de las 8 plantas hidroeléctricas que gestionan en el país, solo en una está pendiente la instalación de sistemas de control remoto. “[El sistema de gestión remota] lo hemos impulsado mucho más en pandemia porque nos ayudaba a garantizar la entrega de energía en una situación en la que los desplazamientos eran complicados”, comenta el ejecutivo.

“En generación [de energía], fueron S/129 millones [de inversión durante 2021] y en el 2022 va a ser más, porque estamos invirtiendo en plantas renovables. En distribución, fueron S/594 millones [invertidos el año pasado]”. Marco Fragale, country manager de Enel Perú

En tanto, en distribución, la compañía trabaja en la digitalización de los 15.000 kilómetros de red de transmisión que manejan en su concesión en Lima Norte y El Callao, que atiende a 1.480.000 clientes (este año Enel prevé que el número de clientes aumente hasta los 1,5 millones en dicha zona). Fragale detalla que la principal herramienta de digitalización que están comenzando a impulsar para esa concesión es el medidor inteligente.

“Hemos empezado [hace] algunos años a poner medidores inteligentes en Perú y, este año, vamos a tener un segundo proyecto piloto”, dice. Según Fragale, este tipo de medidores permite gestionar mejor la demanda de los usuarios y que las compañías conozcan en tiempo real su consumo. “El esfuerzo de digitalización es para crear el viaje digital del cliente”, dice.

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Consultado al respecto, Luis Ángel Velarde Criado, director del Grupo de Internet de las Cosas de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), comenta que la precisión, registro a distancia e inmediatez, tanto para las empresas como los usuarios, son tres ventajas de esta solución. El académico, sin embargo, añade que su uso todavía es incipiente en el país.

Según Velarde Criado, apenas existirían unos 3.000 medidores inteligentes, un número muy inferior respecto a los 3 millones de medidores convencionales (que exigen lectura in situ) que operan en Lima. “En el espacio industrial, sí se está trabajando fuerte en el tema (la instalación de medidores inteligentes)”, dice. Además, explica que el lento avance, en general, está asociado al costo-beneficio de instalación del dispositivo para los usuarios.

Más allá de la digitalización, este año compañía prevé invertir hasta S/872 millones (US$234,5 millones) en su negocio de generación y S/670 millones (US$180,2 millones) en el de distribución, puntualiza Fragale.

Antes de convertirse en country manager de Enel Perú en marzo del 2021, Marco Fragale lideró la operación de Colombia y Perú de manera conjunta desde Bogotá. Foto: Karen Candiotti /Forbes Staff

Futuro eléctrico más cerca de lo previsto

La corporación italiana también busca promover en el Perú el consumo final de electricidad a través de Enel X, que el año pasado facturó S/13 millones (US$3,4 millones) y este año, según la empresa, alcanzará los S/19 millones (US$5,8 millones) de facturación.

Al segmento personas, esta unidad de negocio busca llegar con productos para el hogar, como estufas, cocinas a inducción, máquinas de aire acondicionado, entre otros. Según Fragale, una cocina a inducción genera un 50% de ahorro respecto a una cocina que usa gas licuado de petróleo.

“Es importante la electrificación del consumo, porque nos va a ayudar a independizarnos del petróleo y otros combustibles fósiles, que tienen una variabilidad muy fuerte a nivel internacional”, opina Fragale.

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En el caso de sus soluciones para empresas, este año la firma italiana puso en operación la primera batería industrial de 0,5 MW. Este equipo fue instalado en una compañía fabricante de envases. Con esta solución, asegura Fragale, su cliente puede hoy almacenar energía en horas no pico y usarla cuando sí la requiera.

El negocio de la electromovilidad también está en el radar de la compañía, en particular, para brindar soluciones a las entidades estatales. La firma, asegura Fragale, no está pensando en micromovilidad, sino en la expansión de vehículos eléctricos de uso público. Al respecto, el CEO cuenta que hace dos años pusieron en marcha un bus eléctrico en Lima, cuyos resultados de desempeño proyectado a 15 años demuestran que su costo total respecto a un bus a gas licuado de petróleo es 30% más bajo.

“La movilidad pública eléctrica es más competitiva que otra tecnología y no emite ningún contaminante”, subraya el ejecutivo. También indica que, para acelerar su uso, la empresa espera que este año se apruebe una ley de electromovilidad.

“Va a llegar un momento en que [el vehículo eléctrico] cueste como un carro a gasolina”, avizora Fragale.

Sin embargo, puede que ese momento al que refiere el gerente esté más cerca de lo que uno podría imaginar. Solo en 2021, en Perú se vendieron 1.455 vehículos electrificados de un parque de 2.500 vehículos híbridos y eléctricos ya existente (que se recargan en 47 electrolineras), según la Asociación Automotriz del Perú (APP).  “[Es una] cifra nunca antes alcanzada en el Perú”, resaltan en la AAP. Quizá ese futuro del que habla Fragale ya esté dando sus primeros pasos.

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