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Esta fintech peruana financia a universitarios que estudian y trabajan

Creada por un profesor de finanzas, Baldecash otorga microcréditos y préstamos para laptops a jóvenes que estudian y trabajan. Comenzaron pocos meses antes de que iniciara la pandemia y han desarrollado un modelo de evaluación de riesgos que incluye variables académicas, pero también otras, como la distancia del centro de estudios al hogar del universitario.

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Esta fintech peruana financia universitarios: no los mejores promedios, sino los emprendedores
Rubén Montenegro, fundador y CEO de Baldecash. Foto: Karen Candiotti / Forbes.

En 2019, el economista Rubén Montenegro, profesor de finanzas de la Universidad del Pacífico, decidió salir a recorrer universidades públicas y privadas en Lima para conversar con los estudiantes.

La idea del catedrático (exbanquero corporativo) era entender sus necesidades financieras, más allá del pago de pensiones. ¿El plan? Crear una fintech de microcréditos para estudiantes universitarios que no pudieran acceder a préstamos a través de los canales tradicionales de financiamiento. Montenegro, de hecho, quería desarrollar un modelo de evaluación de riesgos a medida de estos ciudadanos. Sus entonces tres años enseñando finanzas y su cercanía a los estudiantes, fueron sus principales motivaciones.

Su primera visita fue a una universidad ubicada en las afueras de la capital peruana. Montenegro llegó y le preguntó a un vendedor de productos de limpieza, quien estaba sentado en la vereda de la institución, por dónde podía ingresar. El vendedor lo respondió con otra pregunta: si era estudiante o visitante. Montenegro contestó lo segundo y le confío que estaba allí para entrevistar estudiantes. “Entonces, me puedes entrevistar a mí”, le dijo el vendedor, recuerda Montenegro.

Ese perfil era, justamente, el que buscaba el profesor: universitarios emprendedores que estudian y trabajan al mismo tiempo. Hoy, Montenegro es CEO de Baldecash, una fintech de lending que funciona en el Perú y que está enfocada en financiar a ese segmento.

El mercado al que apunta Montenegro no es para nada pequeño. De acuerdo con cifras del Ministerio de Educación del Perú, para el año 2017, el 45,1% de los estudiantes universitarios trabajaba para financiar sus estudios. Según otra medición hecha en el 2018 por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), de los universitarios que trabajaban y estudiaban al mismo tiempo, un 81,36% llevaba a cabo esta segunda actividad en el sector informal.

Los primeros pasos

Baldecash, que empezó a operar en noviembre de 2019, ha colocado hasta ahora aproximadamente S/800.000 en microcréditos para financiar necesidades de los universitarios (cursos de inglés, gastos administrativos, pagos de títulos, etc.) y compra de laptops por parte de estos estudiantes. Montenegro, fundador y CEO de la fintech, aclara que los préstamos no han sido dirigidos a los estudiantes de la entidad educativa para la que él trabaja.

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Inicialmente la empresa tenía en mente solo ofrecer microcréditos. Sin embargo, el inicio de la pandemia y la imposición de la educación virtual hizo que la fintech priorice el hardware (por esa razón financiaron la compra de laptops).

No fueron los únicos. El mercado demandó computadoras el primer año de emergencia sanitaria por COVID-19. Pese a las restricciones de inventarios (menores a la demanda), en 2020 la importación de computadoras sumó US$659 millones, lo que significó una expansión de 50% respecto al 2019, según cifras del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo.

Aún así, el negocio de Baldecash fue “pensado de manera más amplia”, asegura el fundador, aludiendo a la diversificación a la que aspiran para su portafolio.

Planes de expansión

Este año, la fintech planea crecer las colocaciones hasta cerca de S/5.000.000 (US$1,3 millones), duplicando el número de microcréditos y cuadruplicar los de laptops. A la fecha, han otorgado 800 microcréditos y 1.500 préstamos para laptops.

Montenegro cuenta con un socio: el economista y consultor en educación, Ricardo Sánchez, quien trabajó en el diseño de créditos educativos del Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo y se unió a la fintech en abril del año pasado. Los dos socios han decidido levantar fondos y abrir el capital, el cual está respaldado hoy por siete inversionistas ángeles vinculados al sector financiero y empresarial (seis peruanos y un extranjero).

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Los socios esperan concretar el levantamiento de capital hacia fines del 2022. El objetivo de esta operación, comenta Montenegro, es aumentar la cantidad de préstamos que otorga la empresa. También esperan que el capital les sirva para otorgar préstamos enfocados en cursos de educación ejecutiva online de corta duración.

Además, como parte del plan de crecimiento, Baldecash tiene en la mira expandir su presencia en provincia de 5% a 20% a partir de una alianza con una caja municipal limeña, que, a partir de este mes, usará su plataforma para canalizar ventas de laptops a estudiantes de educación superior, profesores y padres con hijos en edad escolar.

En 2020, unos 250.000 estudiantes de universidades privadas y 200.000 estudiantes de institutos abandonaron sus estudios, según la Federación de Instituciones Privadas de Educación Superior (FIPES). Foto: Pexels.

Entender la demanda en el terreno

Para prospectar clientes e identificar las necesidades de los estudiantes universitarios, además de analizar redes sociales, la fintech cuenta con un equipo de 12 coordinadores universitarios contratados de diferentes instituciones en el país que les ayudan a conocer lo que está pasando en cada casa de estudios. Así, busca conocer situaciones cambiantes, como el aumento del costo de la matrícula, explica Montenegro.

Otro pilar del modelo de negocio de Baldecash es su evaluación de riesgos que integra, además de las variables tradicionales, datos educativos, como la institución de estudio del universitario, su ciclo, carrera, orden de mérito y monto de pensión mensual. El modelo también analiza otras variables alternativas, como la distancia entre el domicilio del estudiante y su universidad, y la proporción que hay entre la pensión del universitario y la cuota del posible préstamo.

Sobre la tasa de interés de los préstamos, Montenegro asegura que su meta es que esta compita con las de los bancos asociados a cadenas de retail (que van de alrededor de 40% a poco más de 80%). De acuerdo al empresario, estos préstamos apuntan al mismo público que Baldecash. En promedio, precisa, la tasa efectiva anual (TEA) de su fintech asciende a 65%.

¿Y son los universitarios buenos pagadores ? Según Montenegro, hasta ahora, la tasa de morosidad y la reprogramación de los créditos asciende al 5% de la cartera. Sin embargo, para evitarla, la fintech busca “tener mucho contacto” con los estudiantes y conocer su avance en el ciclo académico. En el caso de los jóvenes que adquieren préstamos para laptops y no cumplen con las cuotas, ni responden a los llamados para reprogramar su deuda, la fintech aplica un ultimátum: bloquean a distancia el equipo a fin de motivar el pago.

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“El espíritu nuestro es tratar de apoyar al estudiante, no quitarle la herramienta de la mano. Se trata de buscar una solución que lo favorezca, pero, si es que no se le llegara [a ubicar] o si el estudiante no respondiera, tenemos la posibilidad de bloquear el equipo remotamente”, explica el fundador de Baldecash.

¿Han bloqueado muchos equipos? Montenegro dice que no. “Nos ha sorprendido muy gratamente el perfil del pago del estudiante como sujeto de crédito. Nos hemos encontrado con [universitarios] que estudian y trabajan [y que son] responsables. Nuestro modelo no está pensando en que seamos un financiador, sino un aliado en los estudios”, dice.

Mercado con necesidades

A puertas del retorno a clases presenciales en Perú después de dos años, es altamente probable que la demanda de liquidez aumente en el segmento universitario. En primer lugar, porque se espera el retorno a las aulas de los alumnos que tuvieron que dejar de estudiar por falta de conectividad, equipos o dinero.

En efecto, de acuerdo con datos preliminares del INEI, en 2020 el número de graduados (bachilleres) –respecto al año anterior– en universidades públicas cayó a 16.003 desde 51.199 y, en privadas, a 53.158 desde 90.090. En cuanto al número de estudiantes titulados, en instituciones públicas disminuyó hasta 11.084 desde 31. 796; y en privadas, hasta 27.353 desde 51.292.

De incrementarse el número de estudiantes matriculados, también es posible que aumente la demanda de capital para gastos asociados a pagos administrativos y de titulación.

En 2019, cuando Montenegro salió a sondear las necesidades de los estudiantes universitarios seguramente no imaginó –como ningún empresario podría haberlo anticipado– que la razón de ser de su negocio iba a revelarse en los meses que seguían. “Una las cosas más interesantes que encontré fue la capacidad de generar ingresos y la resiliencia que tiene este segmento”, asegura.

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